lunes, 14 de octubre de 2019

El Infierno

EL INFIERNO

Sudor frio, cuerpo caliente, vómitos y esta agonía no hay quien la frene,
El aire que respiro tiene un dulce olor a muerte.
Hay una túnica negra esperando a que este suero sea lo ultimo que cene
Se preocupa por mí, sabe lo que me conviene y lo que viene.
Al fin voy a morir bendita suerte.
¡Espere! Me dijo un fantasma pasando entre pacientes
¿Quiénes son ustedes blancos entes? Déjenme cerrar mis cárnicos lentes.
¡Estoy cansado, dejen de interrumpir mi muerte!
Sudor caliente, cuerpo frio. Estoy en el infierno antes de mis veinte.


El aire pesa no por la contaminación sino por los gritos alrededor
amor al dolor, tiene en común esta gente y yo con alma en intenso negror
algunos están aquí por gula, por error, por glamour o por valor
todos aquí estamos vivos con manchas en la espalda de livor
estamos tan heridos que ya no sentimos de las llamas el intenso ardor
volteamos hacia arriba para que entre esas nubes de tumor visualizáramos el error

los fantasmas que nos mandaron aquí deciden entre la muchedumbre
haber quien regresa o se queda en las lumbres
quien regresa a la vida que entre las personas que la odiaban ya se convirtió en una cumbre
no atienden al que llego primero, atienden al que tiene más mugre

¿Quién acaba de encender el cielo? ¿quién prendió las luces?
¿dónde me encuentro ahora? ¿Qué es esta plancha blanca y porque estoy en sus fauces?
Ahora veo todo completo como un ser banal
¿Cómo fui tan tonto para no darme cuenta que no era el infierno, era un hospital?

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