Me gustaría comenzar esta platica hablando de la definición desde
diferentes puntos.
La RAE la define como: Carencia voluntaria o involuntaria de
compañía.
La psicología la define como: El sentimiento que surge tras
la percepción de no formar parte de nada ni de nadie, de que algo en el
interior está vacío, aislado, sin sentido de pertenencia.
Y el poeta, escritor y dramaturgo Rafael Lechowski dice “el
aislamiento es el premio y recompensa al pensamiento, para otros un día mas de
soledad y aburrimiento”
En mi opinión la soledad es un concepto tan complejo como la
vida misma. Piensen cuantas veces no se encontraron en ese lugar pútrido al que
llamaron “hogar” y digo pútrido por que la soledad es amiga de la depresión lamentablemente,
¿cuántas caídas se tuvo que pasar para pensar que esta era la definitiva? ¿Qué diferencia,
la caída que mantiene en coma tu cuerpo y viva la mente de otras? ¿es acaso la
vida un caminar solitario constante en medio de un bosque lleno de personas que
de su vida son ignorantes? ¿son las personas parte de mi o yo soy parte de
ellos? ¿y si soy parte del todo porque no soy reconocido y porque no me
reconozco? Estos y otros cuestionamientos me atacaban como taquicardia mientras
vivía en la no pertenencia, mientras vivía en mi cuarto acostado mas de 12
horas, mientras salía a la calle mas de 12 horas y no encontraba ninguna
diferencia, se me habían acabado las palabras para decir, se me habían acabado
las salidas, bueno, al menos para mí, no fueron muy diferentes los siguientes días,
no mostraban mejoría, abrir los ojos de manera tan abrupta y darte cuenta que
no le importas ni a tus padres, seguro que a mas de uno le sacarían una
lagrima, hoy me gustaría decir que soy símbolo de la inmortalidad o el destino,
el sentirte solo empieza a carcomer la mente, no solo por pensarlo sino por estarlo,
viví lo que creía mis ultimas horas en un bar de mala muerte hasta que después de
salir ebrio de ahí pensé en una sobredosis, no se como explicarlo, pero de esa
noche solo recuerdo haber tragado las pastillas para luego vomitarlas y heme aquí.
Podría relatarles las otras dos veces que he estado cerca de
la muerte, pero estamos hablando de soledad no de suerte, parecía que después de
ese suceso yo iba a cambiar, pero en realidad no, lo que hacia para calmar mi
terrible ansiedad de seguir pensando era escribir, pintar o correr, correr
hasta cansarme y pintar y escribir para ser recordado en muerte por si no lo fui
en vida.
Comenzaba los meses y se me iban como semanas, comenzaba las
semanas y se me iban como horas, trate de buscar ayuda psicológica, pero estaba
tan inseguro que decidí quedarme otra semana en mi concha y así postergando lo
que pareciera la medicina para esto, bajo la pregunta que utilizaba como excusa
¿para qué componerlo, si siempre he estado roto?
Como una mosca descuidada que cae en una telaraña bien armada,
caí en los vicios y en los engaños de terceros, al fin estoy viviendo mi vida pensé
de momento, pero gracias a la habilidad que me había brindado la soledad de
dudar de todos, de nuevo me vi solitario en todas partes y si, al parecer si
fue verdad lo que algún día escuche de un viejo que se sentó al lado mío, “deja
de buscar a los que crees tus amigos, y veras quien era el amigo en esa relación”
fue lo que dijo.
Al parecer la solución estaba mas cerca de lo que no pude
comprender, crecer es darte cuenta de que, nadie se va a ir contigo a perecer,
crecer es darse cuenta de que, solos venimos y solos nos vamos, nacemos
llorando porque sabemos lo que nos espera, las personas solo son como el
combustible para continuar la carrera, necesarias para no perder la cordura,
pero nada fuera de lo común.
Lo que puedo rescatar de este relato lleno de optimismo es
que, al final si, pude quedarme solo sin alterarme, solo voy tomando lo que enriquece
mi cerebro de las personas, como alguna frase, una historia o una retroalimentación
a mi persona, salgo de mi cueva a convivir cuando pienso estar volviéndome loco
y lo hago casi siempre porque casi siempre estoy triste, doy vuelta a la
sonrisa como un reloj de arena para que no se acabe y prefiero morir sonriendo
que con una cara larga como lo hace la mayoría, por desgracia no se puede huir
de la guadaña. Y los que se encuentran en el proceso de soledad profunda solo
puedo decirles lo que escuche alguna vez. Nunca está más obscuro que cuando va
a amanecer.
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